“Hasta ese momento había creído que podía permitirse el lujo de recordar melancólicamente ciertas cosas, evocar a su hora y en la atmósfera adecuada determinadas historias, poniéndoles fin con la misma tranquilidad con que aplastaba el pucho en el cenicero.”
Yo conozco el peligro pero no puedo evitar recordar melancólicamente ciertas cosas.
ResponderEliminarHay cosas que lo ameritan...
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