No se busca la felicidad, se encuentra.
Aparece cuando menos la esperábamos
y es huidiza, quebrantable, embaucadora.
Como la luz de las mañanas,
como el ruido del mar,
como el amor desordenado,
las hojas de los árboles
o el azul de los volcanes.
Ángeles Mastretta (fragmento de la Conferencia "Mundo Luminoso")
GRACIAS: Mariana Finochietto
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