25 abr 2012


¡Cómo resbala el agua por mi espalda!
¡Cómo moja mi falda
y pone en mis mejillas su frescura de nieve
 Llueve, llueve, llueve.
Y voy, senda adelante, con el alma ligera
y la cara radiante.
Sin sentir, sin soñar, llena de la voluptuosidad de no pensar
Un pájaro se baña en una charca turbia.
Mi presencia le extraña.
Se detiene...
Me mira...
Nos sentimos amigos...
Los dos amamos mucho cielos, campos y trigos!
Después es el asombro
de un labriego que pasa con su azada en el hombro.
Y la lluvia me cubre de todas las fragancias
que a los setos da Octubre.
Y es, sobre mi cuerpo por el agua empapado,
como un maravilloso y estupendo tocado de gotas cristalinas,
de flores deshojadas que vuelcan a mi paso las plantas asombradas.
Y siento, en la vacuidad del cerebro sin sueños,
la voluptuosidad del placer infinito,
dulce y desconocido, de un minuto de olvido.
Llueve, llueve, llueve,
y tengo, en alma y carne, como un frescor de nieve.

 Shadow picture with just shoes and rain (800×718) [Casimages]


Juana de Ibarborou.







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