Flauta en una noche solitaria
presencia de una lágrima;
todos los silencios de la tierra
son pétalos de tu flor.
Sopla en la sombra tu polen.
Alma llorando, casi sin ruido,
Miel de una boca profunda
que al besar la noche fluye.
Y si tus lentas cadencias
son el pulso de las tardes de verano.
Convéncenos que el cielo baila
porque un ciego cantó.
Marguerite Yourcenar
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