Cansado.
¡Sí!
Cansado
de usar un solo bazo,
dos labios,
veinte dedos,
no sé cuántas palabras,
no sé cuántos recuerdos,
grisáceos,
fragmentarios.
Cansado,
muy cansado
de este frío esqueleto,
tan púdico,
tan casto,
que cuando se desnude
no sabré si es el mismo
que usé mientras vivía.
Cansado.
¡Sí!
Cansado
por carecer de antenas,
de un ojo en cada omóplato
y de una cola auténtica,
alegre,
desatada,
y no este rabo hipócrita,
degenerado,
enano.
Cansado,
sobre todo,
de estar siempre conmigo,
de hallarme cada día,
cuando termina el sueño,
allí, donde me encuentre,
con las mismas narices
y con las mismas piernas;
como si no deseara
esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
y vivir, unos meses, adentro de una piedra.
La verdad es que a veces yo querría lo mismo.
ResponderEliminarHabrá que salirse del envase, haciendo mucha fuerza...
ResponderEliminarsu apellido
ResponderEliminarJo, qué fuerza, no? También yo me encuentro muy cansado, mucho, después de leer estas letras. Besos
ResponderEliminarIntentemos no cansarnos en este mundo tan fugaz
ResponderEliminarHermoso a más no poder...
ResponderEliminar:D
Todavía no me he cansado.
ResponderEliminarPor eso, a veces, es bueno alternar conectando con otro cuerpo cercano... Un besoo!!
ResponderEliminarEse es un cansancio que arrastraremos siempre, hasta el fin de nuestros días.Pero,nevitablemente, también lo arrastraríamos siendo otro...
ResponderEliminarBeso, Nina
Genial!! Amo a Girondo!
ResponderEliminareste post, y el de hoy ciertamente un placer, una diversidad que recrea el día!