26 abr 2012



Nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor.
Y porque no tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para afuera.
Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas.
Y porque no abrimos del todo las cortinas luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.

Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.
A tomar café corriendo porque estamos atrasados.
A leer el diario en el ómnibus porque no podemos perder tiempo.
A comer un sándwich porque no da tiempo para almorzar.
A salir del trabajo porque ya es la noche.
A dormir en el ómnibus porque estamos cansados.
A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos a esperar el día entero y oír en el teléfono: "hoy no puedo ir". "A ver cuando nos vemos" "La semana que viene nos juntamos".
A sonreír a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.
Si el cine esta lleno nos sentamos en la primera fila y torcemos un poco el cuello.
Si el trabajo esta complicado, nos consolamos pensando en el fin de semana.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida.
Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.



Alguien dijo alguna vez:
 
"LA MUERTE ESTÁ TAN SEGURA DE SU VICTORIA, 
QUE NOS DA TODA UNA VIDA DE VENTAJA."





Anónimo.







10 comentarios:

  1. Muy bueno, no hay que ahorrarse nada!!

    Beso grande!!

    ResponderEliminar
  2. Como siempre... increible!!!
    Una vez más me encanta... es el mejor blog que sigo.
    Te importaría si te lo copio??
    bss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡¡MUCHAS GRACIAS!! :)

      ¡¡Lo que esta aquí es de todxs!!

      Besote enorme.

      Eliminar
    2. Gracias.
      Me he sentido muy identificada con este texto... y he decidido que no quiero aconstumbarme más o más cosas.
      bss desd España

      Eliminar
  3. Nos acostumbramos a darnos seguridad, más seguridad. Ese departamento tan aburrido. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, esa maldita costumbre de pensar y repensar todo, deberíamos aprender a VIVIR y huir de esos departamentos grises y aburridos :)

      Beoste enorme.

      Eliminar
  4. Qué afortunado me siento en mi desgraciada sudestada
    cuando leo que ya ni estoy apurado ni miro ventanas de apartamentos. Qué grande siento este viento y este frío que hiela los huesos y este aire congelado entrando en mis pulmones. Hoy que , he despertado con algunas cuestiones bronquiales interesantes.
    Hoy que, ya no me lleno los pulmones de humo gris liviano.
    Y sin embargo, la tristeza estará siempre. Pero es desición nuestra abandonar las ciudades.

    Yo vivo en una, en Montevideo. La ciudad menos ciudad de todas las ciudades.
    Donde está el espacio para vos y para todos.
    Donde está el espacio para mí y para todos.

    Siemrpe concluyo lo mismo: Qué rara es mi ciudad.

    Mi abrazo.

    PD: esto tiene mucho olor a vos. Seras vos la anonimous?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Es nuestra decisión! Día a día estoy pensando qué sera de mi futuro, donde...

      ¡¡No conozco Montevideo, solo algunos lugares (Cabo Polonio, Punta del Diablo, La Pedrera, La Paloma...)de la costa Uruguaya!!

      ¡Esta ciudad también es muy rara!

      Besote enorme.

      PD: (?)

      Eliminar