Nunca me ha sido fácil
encontrar la almohada
adecuada a mis sueños
a su medida exacta.
En la cabeza noche
se cruzan las fatigas
se ahondan las arrugas
de la pobre vigilia.
En la cabeza noche
huyen despavoridos
los árboles los muros
los cuerpos de aluminio.
Yo no elijo mis sueños
es la almohada / es ella
la que los incorpora
en desorden de feria.
Mucho menos elijo
las pesadillas locas
esos libros del viento
sin letras y sin hojas.
Pero al cabo de tantas
almohadas sin cuento
sin historia y sin alas
como siempre prefiero
la de tu vientre tibio
cerca cerca cerquita
del refugio imantado
de tus pechos de vida.Mario Benedetti
Me gustan ambas.
ResponderEliminar...la almohada que prefiere Benedetti y las que salen en la foto.
una maravilla (siempre) leer a benedetti...
ResponderEliminargracias por compartirlo...
Almohadas tibias del pecho del hombre que me arrulla con sus latidos...
ResponderEliminarLa única y reverenciada almohada que además, viene con sueños incluidos y gratuitos...
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