La verdad es que grietas no faltan
así al pasar recuerdo
las que separan a zurdos y diestros
a pequineses y moscovitas
a présbites y miopes
a gendarmes y prostitutas
a optimistas y abstemios
a sacerdortes y aduaneros
a exorcistas y maricones
a baratos e insobornables
a hijos pródigos y detectives
a borges y sábato
a mayúsculas y minúsculas
a pirotécnicos y bomberos
a mujeres y feministas
a aquarianos y taurinos
a profilácticos y revolucionarios
a vírgenes e impotentes
a agnósticos y monaguillos
a inmortales y suicidas
a franceses y no franceses
a corto o a larguísimo plazo todas son sin embargo
remediables
hay una sola grieta
decididamente profunda
y es la que media entre la maravilla del hombre
y los desmaravilladores
aún es posible saltar de uno a otro borde
pero cuidado
aquí estamos todos
ustedes y nosotros
para ahondarla
señoras y señores
a elegir
a elegir de qué lado
ponen el pie.
Grietas
Mario Benedetti
te dejo adivinar de que lado pongo el pie yo.
ResponderEliminarSi no existiera una grieta entre tu cuerpo y el mío, tampoco podríamos encontrarnos. El peligro viene de aquellos que hacen de una grieta un abismo, en vez de construir un puente. Bico, Nina
ResponderEliminarmaravilloso
ResponderEliminarY a mi que me encanta que las grietas se noten, exacerbarlas hasta que duelan!
ResponderEliminarGrande!
ResponderEliminarLas grietas me acompañan en este miércoles de...
ResponderEliminarEn fin, un post muy certero.
Además escribe el maestro.
Salud!
Yo se muy bien de que lado de la grieta me quedo.
ResponderEliminarMarito, Marito un genio!
Amo a Benedetti, sencillamente lo amo!
ResponderEliminarPuestos a elegir, también me quedo con Benedetti.
ResponderEliminarUn saludo.
Buenísimo, simplemente.
ResponderEliminarUn abrazo.