20 sept 2011



El mate no es una bebida. Bueno, sí. 
Es un líquido y entra por la boca.
Pero no es una bebida. 
En este país nadie toma mate porque tenga sed.
Es más bien una costumbre, como rascarse.
El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es 'hola' y la segunda: '¿unos mates?'.
Esto pasa en todas las casas. 
En la de los ricos y en la de los pobres. 
Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, 
y pasa entre hombres serios o inmaduros.
Pasa entre los viejos de un geriátrico 
y entre los adolescentes mientras estudian.
Es lo único que comparten los padres y los hijos 
sin discutir ni echarse en cara.
Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar.
En verano y en invierno.
Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.
Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. 
Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. 
Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. 
Se te sale el corazón del cuerpo.
Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré,
 con cáscara de naranja, 
con yuyos, con un chorrito de limón.
Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: '¿Dulce o amargo?'. El otro responde:'Como tomes vos'.
Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. 
La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. 
Siempre. 
Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, 
con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. 
Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da.
La yerba no se le niega a nadie.
Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular.
Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.
Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos.
No es casualidad. 
No es porque sí.
El día que un chico pone la pava al fuego 
y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, 
es que ha descubierto que tiene alma.
El sencillo mate es nada más y nada menos 
que una demostración de valores...
Es la solidaridad de bancar esos mates lavados 
porque la charla es buena. 
Es querible la compañia.
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma 
y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!'.
Es el compañerismo hecho momento.
Es la sensibilidad al agua hirviendo.
Es el cariño para preguntar, estúpidamente, '¿está caliente, no?'.
Es la modestia de quien ceba el mejor mate.
Es la generosidad de dar hasta el final.
Es la hospitalidad de la invitación.
Es la justicia de uno por uno.
Es la obligación de decir 'gracias', al menos una vez al día.
Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.


Un mate y un amor
Lalo Mir 





"He tomado mucho mate cuando era joven. Tomar mate, para mi, era la forma de sentirme criollo viejo. Me lo cebaba yo mismo y creo que lo hacía muy mal porque siempre había flotando unos palitos sospechosos."



Jorge Luis Borges.


11 comentarios:

  1. No imagino mi vida sin el mate. Puedo estar días sin comer, pero no más de un par de horas sin matear *

    Un beso o 2 #

    ResponderEliminar
  2. Volvi, me encanta la coleccion gauchesca de fotos de A. Sessa.

    ResponderEliminar
  3. Cuando abro el paquete de yerba, me alejo de Londres y de la cordinacion del mundo perfecto y sincronizado, y me sambullo en recuerdos, con la cara de mi viejo cuando era chico, que se sentaba mirandome con lagrimas en los ojos cuando yo tocaba al piano(y muy mal por cierto) "el choclo". El mate compartido con alquien que ames, es equivalente y lo mas cercano a escribir musica del alma..El mate solo, para mi, puede ser muy doloroso.Besos....Fabricio

    ResponderEliminar
  4. uffff me dieron ganas de probarlo. Seguro tendré ese placer en algún momento. Por aquí solo café.

    Abrazos Nina.

    ResponderEliminar
  5. Quiero que me inicien!!!!Y no tenía ni idea de lo de la cáscara de naranja hasta que leí el poema del Nido de Serpientes de ayer. Y ahora la duda se me despeja. Me encantó. Besos

    ResponderEliminar
  6. Genial! pensar que yo no lo tomo, porque me da acidez. pero me dieron tantas ganas de tomarme uno. es como la pipa de la ´paz.

    ResponderEliminar
  7. Que linda referencia, ese Lalo, es un groso, cuando hay en este símbolo... je y yo uso esa foto... mi mano con mate, querés uno Nina?

    Va... que te llegue delicioso!!!

    ResponderEliminar
  8. hermoso texto,
    enseguida quise intentar adivinar de quien era
    pero logré contenerme hasta el final (no fue fácil)
    grosisimo lalo, no imaginaba que fuera suyo.
    beso grande ¿con azúcar o amargo? ja

    ResponderEliminar
  9. Me gustó.
    Me emocionó :) yo tomo mates cuando estoy sola, y alivia la ansiedad por la soledad...


    Un abrazo, o ¿un mate?

    ResponderEliminar